Reto 1: Desigualdad de género y emprendimiento

 

                Esta semana, nos enfrentamos al reto de investigar acerca de la desigualdad en el ámbito laboral que actualmente existe en la sociedad. Desafortunadamente, este es un tema que he vivido en primera persona en mi anterior etapa, en el mundo de las finanzas y la gestión de patrimonios, donde, si bien es elevado el número de asesoras en las redes comerciales, ya que a las mujeres se nos supone una atención al público más cercana y afable, los puestos de dirección y gestión más elevados están destinados al género masculino en su mayoría.

Muy pocas mujeres consiguen ocupar estos cargos directivos, aunque estén igual de preparadas, y las pocas que lo hacen, tienen que demostrar su valía con una determinación mucho mayor que sus colegas masculinos simplemente porque, por ser mujer, tienen que DEMOSTRAR constantemente que merecen el puesto.

                No obstante, pese a que esta es una realidad, quería hablar en esta entrada sobre un tema que investigando en la red me ha llamado la atención, y en el que no había pensado anteriormente… Se trata de los problemas que tienen las mujeres emprendedoras, que deciden crear una empresa o simplemente ser autónomas.

Siempre había leído acerca de los muchos problemas a los que se enfrentan, como la conciliación familiar, la falta de tiempo para dedicar a su negocio; ya que el peso de llevar la familia, la educación y cuidado de los niños, la casa, la “carga mental” que todo esto conlleva y que las mujeres llevamos soportando histórica e injustamente… Además de estas dificultades, se enfrentan a un problema de financiación para llevar a cabo sus proyectos.

Según indica el artículo publicado en el digital “autonomosyemprendedores.es” , las mujeres autónomas tienen un 20% menos de posibilidades de obtener un préstamo que un hombre, y los pequeños negocios dirigidos exclusivamente por mujeres reciben sólo un 3% de la financiación disponible total, cifras recogidas con datos según indica la noticia de 2023. Estos datos también se ven afectados por el hecho de que hay menos mujeres emprendedoras por los motivos comentados en el párrafo anterior, pero si además le sumamos el hándicap de la financiación, será muy difícil reducir la brecha de género en el emprendimiento.

Para ello, creo que sería importante que, desde el sector público, se incentivase ofreciendo ayudas, subvenciones o líneas de liquidez que favorezcan la inversión en empresas fundadas por mujeres y autónomas. Otra solución podría ser “penalizar” de algún modo a las Entidades financieras que valoren un proyecto o empresa a financiar negativamente porque la titular sea una mujer, si bien es más complicado ya que los datos podrían ser camuflados. De cualquier forma, sería importante que desde la Administración Pública se implementen mecanismos para fomentar el emprendimiento femenino ya que, además de ser una mejora en la disminución de las brechas de género en la sociedad, también redundará en una mejora de la productividad nacional, aumento de Pymes, de puestos de trabajo, de cotizaciones a la Seguridad Social, etc.

 

Fuente:

Los negocios dirigidos exclusivamente por mujeres sólo reciben el 3% del total de financiación (autonomosyemprendedor.es)






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